Calzado:
No es complicado coordinar el calzado con tu outfit con unas sencillas reglas de color.
Monocolor: Intenta que el calzado sea siempre, por lo menos, un tono más oscuro que el resto del look.
Otra opción sería que el calzado, a pesar de que fuera en el mismo tono, tuviera una textura diferente, que sería en este caso, la que marcaría la diferencia.
Nude: El calzado también cuenta con sus propios básicos, el nude es un color neutro que funciona con todo y además en el caso de un zapato tipo salón, alarga visualmente la pierna.
Cuando dudes qué ponerte, siempre neutro.
A juego con uno de los colores del outfit: Si una o varias prendas tienen muchos colores o estampados, lo mejor es elegir uno sólo de esos colores para el calzado.
Blanco: Es una opción difícil, pero le da un aire sofisticado a cualquier look.
Negro: Tanto el negro como el blanco son los únicos colores que funcionan siempre con un outfit monocolor, evitando que los colores choquen entre sí.
Siempre acertarás si lo combinas con otros accesorios del mismo color.
Colores complementarios: En color block, el zapato es un complemento fantástico para añadir colores brillantes al look, o dar tono a un outfit que ya de por sí lleve colores en bloque.
Si por ejemplo vas vestida de rojo y azul, podrías combinar con un zapato violeta, que es el color resultante de la mezcla de los dos.
Mezclando estampados con el outfit: El resultado de mezclar distintos estampados entre outfit y calzado suele ser casi siempre un acierto, sobre todo si mezclamos entre colores apagados y brillantes.
Las deportivas: Mejor si son blancas o negras.
Las negras funcionan genial con maxi faldas y pantalones pitillo, las blancas con shorts y vaqueros.
Dale protagonismo: Un calzado que destaque, por ser tendencia, o tiene un color precioso o simplemente porque es muy bonito, se va a llevar todas las miradas. Haz que destaque más bajando el volumen del resto del outfit.